Tener una voz en una época donde estamos uniformados por las tendencias. Perdurar en medio de los cambios acelerados de la época. Sentirnos personas con derecho a la interacción y sobresalir en el campo de acción elegido.
Recuerdo un evento de 300 personas y era la host, esto sucedió en una universidad destacada de mi país. Allí había prensa y personas del alto gobierno. Para los organizadores y para mi era un evento muy importante, orienté toda mi preparación en el guión y promover un ambiente cálido, seguro y agradable; quería ser mi mejor versión, pero olvidé la oportunidad del networking. Para esa fecha no tenía muy clara mi propuesta de valor. Fue la oportunidad de conocer muchas personas pero perdí la oportunidad de cerrar negocios, quedé con muchas tarjetas de presentación pero no logré crear una conexión real. Ni una relación profesional duradera en el tiempo. Cuántas veces nos ha pasado ello. Es terrible esa sensación de tener mucho para dar pero no saber cómo entregarlo. ¿Te pasa?
Para nadie es un secreto que estamos en un cambio producto de la cuarta revolución notoria en la última década y acelerada por la crisis de salud mundial en el 2020, esto modifica aspectos de la interacción social y nos cuestiona la identidad personal: quién soy, hacia dónde voy, cómo ser alguien en medio de la frustración ocasional por la implosión y exposición de las redes sociales.
Esa frustración de querer ser alguien pero sentirse lejano de ese referente. La marca personal nos da la respuesta para no prolongar la decepción y tomar acción sobre la meta a cruzar, ponerle fecha a las victorias y comunicar de manera honesta lo que somos. Significa potencializar nuestro ser para tener lo que anhelamos.
La marca personal no es una respuesta para saber qué contenido subir en redes sociales, es también un acto de reconciliación personal ante las fisuras de los cambios acelerados de estos tiempos. Es una oportunidad imprescindible para articular el propósito de vida con la proyección de los talentos y el conocimiento acumulado.
Experimentar la sensación de avanzar, orgullo personal, de ese que impulsa a seguir, no el arrogante enceguecedor. Darse cuenta que tu nombre está asociado con valores y virtudes agradables. Ser la primera opción ante las personas que te importan. Gozar de una reputación noble. Y esa abundancia personal se refleja en abundancia material.
Si no me crees, estudia el caso de las personas que admiras. No se asciende escalones por azar. Detrás de los logros cumplidos siempre hay determinación, claridad y una intención puesta. Con esto quiero invitarte a ser altamente consciente de autobiografía. Precisar aquello que haces muy bien, identificar los aspectos que te hacen destacar. Por lo menos cuatro talentos para empezar; luego revisa cuál es el grupo de personas más receptivo ante tus talentos, habilidades o saberes. Cuéntales sobre los problemas que resuelves y las oportunidades que generas. Se trata de narrar y hacer visible tu aporte para que este mundo sea mejor. Desde el espacio contributivo, noble y asertivo podrás demoler esa terrible sensación y notar avance personal. Tú decides cuándo ocupar el asiento del conductor.
Si quieres empezar a estructurar y fortalecer tu Marca Personal te invito a descargar esta guía donde te presento paso a paso los elementos más importantes para realizarlo
