Muchos estudios sugieren que, cuando se trata de la jubilación, las mujeres viven más que los hombres pero ahorran menos. Como resultado, no es de extrañar que las mujeres tengan menos confianza para afrontar la jubilación y en contraposición los hombres se sienten mucho más seguros de sus planes de jubilación.

Tres de cada cinco hombres dijo estar de acuerdo con sus ahorros, en comparación con sólo el 43% de las mujeres. El mismo informe mostró que si bien casi dos tercios de los hombres dicen que ahorrar para la jubilación es una prioridad financiera para ellos en la actualidad, solo alrededor de la mitad de las mujeres están de acuerdo. El estudio también reveló que a pesar de tener menos ahorros y menos confianza en la jubilación que sus colegas masculinos, las mujeres dieron 90 años como la edad promedio que esperan vivir, cinco años más que la respuesta promedio de los hombres.

Si las mujeres tienen en promedio más años para vivir, necesitarán hacer ajustes durante sus años laborales para lograr un bienestar financiero duradero. 

Aquí hay un par de estadísticas sobre mujeres que son interesantes: Las mujeres representan aproximadamente la mitad (47%) de la fuerza laboral, pero también tienen un 80% más de probabilidades que los hombres de empobrecerse una vez que se jubilan. 

El Instituto Nacional de Jubilación (NIRS) informó en 2016 que, además de enfrentar una mayor probabilidad de pobreza de jubilación en general, las mujeres entre las edades de 75 y 79 en particular tienen tres veces más probabilidades de tener dificultades financieras. Esto tiene sentido considerando que la esperanza de vida es 77 para los hombres estadounidenses, pero 82 para las mujeres. 

Pero otros factores entran en juego para las mujeres jubiladas:

El valor medio de los planes de jubilación de contribución definida para mujeres es un tercio menos que el de los hombres y esta brecha puede generarse por dos factores: las tasas más altas de empleo a tiempo parcial de las mujeres y la permanencia promedio más corta en el trabajo.

Por diversas razones, es posible que las mujeres no estén tan conectadas con las finanzas familiares y la planificación de la jubilación como los hombres. A veces, las mujeres no son el principal sostén de la familia pero cuando su estado civil cambia debido al divorcio o la viudez, esto puede retrasar significativamente a las mujeres en sus planes de jubilación.

De acuerdo con https://www.financialwellness.com/ algunas estrategias que pueden utilizar las empresas para ayudar a las mujeres a competitivamente en relación con los hombres.

  • Como lo mencionamos en el blog de la semana pasada, un programa de bienestar financiero es una manera de adoptar una mentalidad proactiva. Si bien es cierto que todos dejarán de trabajar con el tiempo, es falso y peligroso creer que una jubilación financieramente estable es algo que ocurre sin una planificación activa. Y esta creencia se acentúa cuando los empleados tienen dificultades financieras.
  • La mayoría de los estadounidenses viven de cheque a cheque, pero carecen de entrenamiento sobre la planificación de gastos mensuales sin que esta situación se controle es muy difícil que tengan claridad sobre los planes de jubilación
  • Eliminación de deuda. Ver la conexión entre su deuda y su incapacidad para invertir es una de las claves para prepararse para la jubilación.
  • Ahorros de emergencia. Siete de cada 10 estadounidenses tienen menos de $ 1,000 ahorrados, lo que significa que están descuidando o agotando cualquier plan de jubilación. Hasta que no hayan ahorrado lo suficiente para cubrir emergencias sin pedir prestado, nadie comenzarán a planificar la jubilación.

Lo importante para las mujeres es mantener el impulso de planificación y priorizar de cuerdo con su situación un seguro de atención a largo plazo y crear una estrategia de retiro de impuestos eficiente que le brinde seguridad en los ingresos para lograr sus objetivos y vivir la vida que desea.

Nuestras fuentes: marketwatch.com/, forbes.com, financialwellness.com/

Clara M. Peláez

Economista con sólida experiencia el Sector Financiero en Bogotá, Colombia, y en el segmento de micro-finanzas en Buenos Aires, Argentina y New York, USA.

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